domingo, 15 de abril de 2012

ALGO DE MODA…Cómo elegir los colores que me favorecen

El color de tu ropa puede resultar muy importante a la hora de elegir un look, y es que más allá de tus preferencias personales, ciertos tonos favorecen tu piel haciendo resaltar tu estilo. Si no sabes a ciencia cierta cuáles son, aquí te muestro como elegir los colores que mejor te sientan.
 
Si tu piel es morena olvídate de los beiges y colores café, pues hacen que luzcas sin vida, mejor atrévete a experimentar con tonos como el blanco, el amarillo y todos los de las gamas de los pasteles para suavizar tus facciones y resaltar tu piel, pues los colores más oscuros te harán lucir inevitablemente un rostro duro. Esto no quiere decir que olvides el negro, solo que no lo uses siempre y que cuando lo hagas lo combines de forma inteligente con otro color que te haga resaltar.
 
En una piel blanca nada mejor que los colores vivos e intensos, rojos, fucsias, azules, verdes, amarillos y violetas, pues en este tipo de tez consiguen transmitir fuerza y seguridad, no es recomendable el uso de naranja, beige o dorado.
 
Para las pieles del tipo amarillo, que consiguen un hermoso bronceado durante el verano, los tonos en rojo, rosa y lila son recomendados haciéndote destacar, los colores tierra no son tan favorecedores.
 
En las pieles más oscuras todos los colores quedan de maravilla, a excepción de negros, grises y marrones que especialmente no te hacen destacar, nuevamente no quiere decir que los destierres de tu ropa, sólo que los sepas combinar.


sábado, 7 de abril de 2012

UNA RECETA...TORRIJAS

La torrija es un dulce típico de las celebraciones de Cuaresma y Semana Santa en España, su origen aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan del Encina: «miel y muchos huevos para hacer torrejas», al parecer como plato indicado para la recuperación de parturientas. Las primeras recetas se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611). La torrija era a comienzos de siglo XX muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con vasos de vino (chatos).

Su asociación a la cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechamiento de pan, que, durante el tiempo en que no se podía comer carne, era por ello menos consumido, aunque las familias elaboraban la misma cantidad.

¿Qué necesito?

Una barra de pan del día anterior o el pan que queramos
Un litro de leche
4 ó 5 cucharadas de azúcar
Una rama de canela
La cáscara de un limón
4 huevos
Canela molida y azúcar para rebozar

¿Cómo las preparo?

Calentar la leche con la cáscara de limón, la canela en rama y las 4 ó 5 cucharadas de azúcar. En cuanto hierva apartar del fuego. Dejar reposar unos diez minutos para que la leche coja saborcito. Colarla y dejarla entibiar.

Batir los huevos y reservar.

Preparar el azúcar y la canela para el rebozado final (las cantidades al gusto).

Cortar el pan en rebanadas, más o menos un dedo de grosor (1,5 ó 2 cm). El pan para torrijas debe ser del día anterior como mínimo o estará demasiado blando y se deshará en los baños de leche o huevos. Si usas pan especial para torrijas no es necesario que esté duro. Si el pan es fresco corta las rodajas algo más gruesas para que no se te deshaga.

Nada más fácil que meter las rebanadas de pan en la leche templada y que se empapen muy bien porque sino estarán duras. Luego pasarlas por el huevo (las dos caras). Freírlas en aceite caliente hasta que estén doraditas. (Dejar que se doren por un lado antes de darles la vuelta). Dejar escurrir el exceso de aceite en papel absorbente.

Por último rebozarlas en la mezcla de canela molida y azúcar.


Se me hace la boca agua…